domingo, 30 de enero de 2011

Laca Oriental: URUSHI

Hola a todos!, éste ha sido un fin de semana de lectura e investigación, la meterología así lo ha querido!.

Quisiera hablaros de algo que siempre me ha apasionado: Oriente, su cultura, su filosofía, su arte...y ¡cómo no!, sus maravillosas lacas, las cuales podemos encontrar recubriendo todo tipo de objetos: utensilios, tallas y mobiliario.

Así pues, llevo tiempo investigando sobre su complicada técnica de ejecución, sus orígenes, influencias, y sobre la problemática de su conservación y restauración. Y es por esto que me gustaría iniciar una serie de textos que informen a los que, como yo, aman este tipo de objetos, poseen alguno, o simplemente les interesa aprender acerca de esta milenaria técnica decorativa-protectora.

Y me gustaría comenzar tomando prestado un precioso texto, extraído del libro escrito por Fernando Schwartz: El Cuento de Laca.

¿Sabes cómo se hace la laca?. Es un procedimiento muy largo, de años y años, y muy complejo. Cualquier cosa puede estropearlo: una mota de polvo, un rasguño, un descuido... El árbol de la laca, “tsichu” produce una resina muy parecida a la de los pinos en Europa. Esa resina se recoge con conchas de mejillón; la operación debe hacerse al alba, por tiempo cubierto, pero no lluvioso: el sol oscurecería la laca antes de tiempo y la arruinaría. La resina se conserva en recipientes de bambú tapados con papel para evitar el contacto con el aire, como vosotros hacéis con vuestras mermeladas. Es preciso ser cuidadoso en el manejo de ese líquido porque es muy venenoso. Después, una vez que se dispone de la primera laca, hay que fabricar, modelar los objetos que van a ser lacados. Por lo general se utiliza madera de ciprés o de vangtam, que se lija con gran cuidado; los agujeros que quedan se rellenan con una pasta de laca mezclada con arcilla y serrín. Entonces se aplica una primera mano de laca cruda con la que se tapan todos los poros aún abiertos. Se deja secar y se lija de nuevo hasta la misma superficie de la madera. Después se le pega al objeto una finísima tela y se empiezan a aplicar las siguientes manos de laca, sola o mezclada con arcilla, con tierra, con serrín, dependiendo de la consistencia y finura que se pretenda obtener. Cada capa es puesta a secar y, después, lijada con piedras rugosas o con carbón de camelia. Para aplicar las capas se usan unos pinceles especiales que hay que afilar continuamente, como si se tratara de lápices. Y así, una capa tras otra, durante años. Sí, al principio es transparente, pero al contacto con el aire acaba por volverse opaca. La laca negra se obtiene amasándola durante días, como si fuera manteca, remezclándola con una pala de madera; luego se envuelve la pasta en un gran paño de lino y se retuerce, como se hace con la ropa recién lavada, hasta que la laca pura cae en un recipiente. Cuando todo está terminado, puede empezarse a decorar el objeto, con rojos de cinabrio, amarillos de cadmio, blancos de sulfato de bario o, mejor aún, de cáscara de huevo, y oro y plata. Y una vez terminada la decoración, daremos una nueva capa de laca transparente, aplicada esta vez con un pincel hecho con los cabellos de un niño de entre ocho y diez años. Es esencial que sea un niño de esa edad porque, si no, todo el proceso se estropearía. Aunque hay quien dice que la cola de una vaca da el mismo resultado. En fin, este humilde tarrito,
que no es nada y apenas si cuesta unos dong, ha sido hecho y pulido y pulido y pintado y pulido a lo largo de años de paciente labor. Es pequeño, pero indestructible. Se secó al sol y maduró bajo la lluvia, con calor y con frío. Nada será capaz ya de doblarlo o descascarillado. Se ha endurecido como el diamante. ¡Un pequeño objeto sin valor! Pero contiene más sabiduría y más paciencia de la que jamás aplicaron
los pintores del Renacimiento o los orfebres de San Petersburgo.”
Fernando Schwartz. El cuenco de laca.
...Y no exagera. El gran problema es que fuera de las condiciones ambientales propicias, y con el paso del tiempo, su dureza se quiebra...Por eso es tan importante la CONSERVACIÓN de las piezas, ya que las variaciones de Humedad Relativa  y Temperatura vuelven vulnerable cualquier soporte, así esté cubierto del diamantino Urushi, o laca oriental.

El urushi es un plástico natural empleado en China desde el neolítico. Exactamente es el producto resinoso que se extrae practicando incisiones en la corteza de un árbol común en el Sudeste Asiático, el Rhus Verniciflua (oriundo de China y Japón) y de otras variedades de los géneros Rhus, Melanorrhoea y Semecarpus. La técnica de extracción es similar a la que se utiliza para extraer el caucho. Según es recogida, la savia es blanca, pero al contacto con el aire se vuelve negra y hay que depurarla y filtrarla antes de utilizarla.

A esta laca se la nombra con varios términos, el más extendido de las cuales es el japonés Urushi, que parece designar indistintamente la savia recien extraída de la corteza del árbol, el producto tratado para formar las capas de lacado y las películas ya endurecidas.

  . En China la variedad en crudo (de lo que hablaremos más adelante) recibe el nombre de , en japonés ki-urushi o laca cruda.

Armadura japonesa do gusoku neri kawa go-mai
lacada en negro de finales del s. XVIII
A diferencia de otras resinas a las que estamos acostumbrados en occidente, no endurece (seca) por la evaporación del disolvente en el que se aplica, sino por polimerización, una reacción enzimática
compleja que sólo sucede en presencia de alta humedad relativa. El resultado final es un polímero (plástico) duro y liso, muy estable en el tiempo y resistente al agua, ácidos y bases, disolventes y arañazos. Por ello se empleaba desde antiguo para blindar armaduras y escudos de cuero y para la fabricación de recipientes resistentes. Se dice que este material acompañaba a los chinos desde la cuna hasta la sepultura: se les alimentaba con cucharas y vasijas laqueadas y se les enterraba en un ataúd laqueado.

Hay variantes en cuanto a la técnica del laqueado, pero básicamente se trata de aplicar la laca en delgadas capas sobre un soporte de papel o tela encolado a la superficie que se pretende decorar. Generalmente se aplican treinta capas, -cada una de ellas pulida antes de aplcar la siguiente-, pero pueden llegar hasta cien. Posteriormente esta base se decora con laca mezclada con pigmentos de diferentes colores, es grabada, tallada o incluso recibe un acabado a base de laminillas de nácar o pan de oro. 


Respecto a la pregunta: ¿desde cuándo se elabora esta técnica?, podemos decir que la primitiva historia del laqueado se pierde en la noche de los tiempos, pero se cree que se usó por primera vez en una época tan remota como hace dos mil años a.C. Hasta nosotros han llegado objetos procedentes de excavaciones arqueológicas, particularmente en Japón y China, que datan del siglo IV antes de Cristo. Entre ellos destacan los Guerreros de Xiam, realizados en terracota cubierta originalmente con capas de urushi, con un espesor total de 0.1 mm, sobre las que aplicó una policromía empleando pigmentos inorgánicos, naturales o artificiales.

Otra de las preguntas que podemos llegar a hacernos, indagando en el mundo de la laca oriental, es la de qué diferencia hay entre la laca china y la laca japonesa. Pues bien, en términos generales podríamos decir que:

   -  Los primitivos artesanos chinos solían hacer objetos de forma y adornos muy lineales, pero desde la dinastía Ming (1368-1643), en adelante, la decoración fue más elaborada. A partir de entonces los chinos produjeron su famosa laca tallada, quizás con la que más estamos familiarizados los occidentales, especialmente las cajas y las bandejas. Se considera que la laca Ming es la mejor que se ha producido en China, aunque eso no signifique que con posterioridad no se hayan realizado piezas soberbias. Se dice que el emperador Qianlong (1736-17959) era un aficionado a la laca; entre los objetos que encargó había un trono magnífico que hoy está en el Museo Victoria &Alberto de Londres.  
   -  Pero, por muy brillantes que fuesen algunos laqueados chinos, fueron los japoneses los que perfeccionaron este arte. Se cree que la técnica llegó a Japón desde la China del s.VI, probablemente a través de artesanos coreanos; en principio los japoneses lo usaron para la escultura religiosa.  
Pero fue el perfeccionamiento de la técnica del maki-e (salpicada), la que inició un estilo de laqueado genuinamente japonés. Consistía en salpicar el dibujo con polvo de oro o plata, sobre una capa de húmeda de laca recién dada, sobre un fondo de laca ya seco, aplicado con anterioridad. Luego esta capa decorada se lijaba para dejarla lisa. La operación se repetía muchas veces hasta que se conseguía el efecto de sal`picado deseado. A ese aspecto final y definitivo se le llama nashiji. Con este procedimiento se hacían pequeños muebles, empuñaduras de espadas y cajas .
Durante la época Edo (1615-1868), durante la cual japón estuvo aislado de Occidente, fue cuando el arte de la laca alcanzó su máximo apogeo. Tan sólo Holanda tuvo las puertas abiertas para el comerco (ver Laca oriental: su influencia en Europa).
Lo mismo ocurrió en casi todo el arte de Extremo Oriente, la influencia occidental de finales del s.XIX llevó a la decadencia del laqueado. Los que visitaban Japón recién abierto a los extranjeros a finales del s.XIX, quedaron fascinados por sus artes y oficios; muchas de las buenas colecciones de laca norteamericanas y europeas, se hicieron en aquel tiempo.

En Occidente los objetos lacados son conocidos desde el siglo XVI, aunque la difusión del gusto por lo oriental se produjo desde los primeros años del siglo XVII y podemos decir que se mantiene en la actualidad. Esto hizo que en el siglo XVIII se imitaran este tipo de técnicas aplicando barnices y charoles realizados con otras resinas como la sandáraca.

Ver Laca Oriental: su influencia en Europa (I) y Laca Oriental: su influencia en Europa (II)

Fuentes:    -Ceballos Enríquez, Laura y Morilla Chinchilla, Cristina. "Problemas de estabilización de laca Qi en esculturas de madera: el caso de cuatro piezas del Museo municipal de Artes Decorativas".
Continuará.....

Hasta pronto!!!

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